SOBRE EL LEMA: LLEVA MI CORAZÓN

Días pasados concluí la visita a todas las comunidades de hermanos en la que he podido entregar el proyecto provincial para el período 2014-2018 según la ordenanza del 35º capítulo general. En el boletín del mes pasado expresaba que avanzaremos en su realización tanto como nuestro corazón quiera, por lo que sería bueno reflexionar qué ha sentido nuestro corazón al tomar contacto con el mismo.

Por expresarlo de alguna manera, pienso que dicho proyecto nos lleva fuera de nosotros mismos situándonos en una realidad en la que el centro es el reino de Dios. Comparo esta situación con la misión de Jesús, que no era otra sino cumplir la voluntad del Padre. Para esto tuvo que correr del centro de la escena su éxito como Profeta, Mesías Y Rey: "Por eso, al entrar Cristo al mundo dice: Tú no quisiste sacrificio ni ofrenda, sino que formaste un cuerpo. No te agradan los holocaustos ni los sacrificios por el pecado. Entonces dije: mira, aquí vengo; de mí se dijo lo que está en el libro; cumpliré, oh Dios tu voluntad". (Heb 10, 5-7) Este texto hace referencia al salmo 39 que también expresa: "No deseo más que hacer tu voluntad y llevo tu ley en mi corazón". (Sal 39, 9)

También Jesús vivió momentos en los que pudo apartarse de su misión y liberarse de hacer la voluntad del Padre como, por ejemplo, cuando quisieron proclamarlo rey por sus éxitos, cuando fue tentado y cuando fue invitado a evitar el sufrimiento en el huerto de los olivos. En estas circunstancias de vivencias tan fuertes y definitivas, fue tentado para convertirse Él mismo en el centro y abandonar su misión. Por eso el Espíritu de Dios que no permitiría que cayera se llevaba a Jesús y le hacía exclamar: que se cumpla tu voluntad y no la mía.

Esos momentos nos han dejado frases hermosas de Jesús que aclaran lo antedicho: mi misión es hacer la voluntad del Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu, etc. es decir lleva mi corazón a cumplir tu misión, la acepto de todo corazón. En consonancia con ellas aparece en escena la expresión que hemos elegido como lema de animación para este año: Lleva mi corazón y que a mi entender está en el espíritu de las expresiones antedichas de Jesús.

Cumplir la misión significa ir con Jesús, no temer a la pequeñez, a la soledad y al fracaso, porque Dios es más fuerte. Y le seguimos cuando hacemos lo mismo que Él: la voluntad de Dios, su reino. Esto significa ir fuera de los muros que nos dan seguridades, descentrarse de sí mismo y construir dentro del mundo espacios de fe y de amor por la fuerza de Dios. Por ella Jesús cumplió su misión, la que el Padre le encomendara, y se dejó llevar.

Así, justamente en ese dejarse llevar el corazón está la oportunidad de la victoria porque no existe momento ni lugar donde no esté Él. Si pedimos a Dios que lleve nuestro corazón estemos atentos porque nos va a llamar para que nos animemos a caminar con Él. No tengamos miedo de que lleve nuestro corazón pues donde vive Él allí existen fe y amor, allí existe la fuerza del amor de Dios que supera la nada y la muerte.