EL SANTO JUAN PABLO II Y LA VIRGEN DE LUJÁN

Próximos ya a la fiesta de la Virgen de Luján y aún con el recuerdo de la beatificación de Juan Pablo II me ha parecido oportuno destacar en este boletín algunos hechos que vinculan a este papa santo con la Virgen de Luján cuya fiesta celebraremos el próximo 8 de mayo.

Juan Pablo II visitó Argentina en dos ocasiones. En la primera, en junio de 1982, nuestro país estaba padeciendo el conflicto bélico por las islas Malvinas. Su estadía fue breve pero quiso que tuviera un claro matiz mariano, por lo que poco después de su llegada se trasladó a la ciudad de Luján y ante la imagen de la Virgen, Patrona de Argentina, oró por la paz.

Su segunda visita la realizó en el mes de abril de 1987, ocasión en la que también se llevó a cabo en Buenos Ares la Jornada Mundial de la Juventud. En la vigilia de oración de dicha jornada y al concluir la celebración eucarística, Su Santidad pronunció un acto de consagración ante la imagen de la Virgen de Luján. Ya al día siguiente y después de una breve meditación dominical el Papa rezó el ángelus de nuevo ante la Virgen.

Las dos visitas de Juan Pablo II fueron muy importantes para nuestro país pues sus palabras y gestos reforzaron en las almas el cariño a la Santísima Virgen de Luján a la vez que invitaban a los cristianos a comprometerse por la paz y la justicia como decía la canción que cantábamos esos días: "una tierra que no tiene frontera sino manos que juntas formarán, una cadena más fuerte que la guerra y que la muerte, lo sabemos el camino es el amor".

Debemos destacar otro hecho que ocurrió en el año 1978, pues cuando nuestra nación y la República de Chile por cuestiones de límites en las islas y el mar Austral se hallaban a punto de declararse la guerra, el Papa Juan Pablo II envió a su delegado a visitar los Santuarios de Luján y de Maipú, este último sede de la Virgen del Carmen patrona de Chile, como gesto de fraternidad entre ambos países. El pueblo argentino está muy agradecido pues debido a sus gestiones de mediación se pudo evitar la guerra y el conflicto se encarriló por caminos de paz.

Otro ejemplo que nos habla de su estima tuvo lugar en junio de 1987, al celebrarse la apertura del Año Mariano Universal. Quiso Su Santidad abrirlo con el rezo del Santo Rosario transmitido en Santuarios Marianos del mundo y uno de ellos fue el de Luján. El final del acto con el canto de la Salve y el adiós al Papa mientras los peregrinos agitaban las banderas y pañuelos en la explanada ante el Santuario fue realmente emocionante.

Y otro más fue en 1992, cuando el Papa con ocasión del V Centenario de la evangelización de América hizo un recorrido por santuarios marianos del mundo iberoamericano con ocasión del rezo dominical del Ángelus.

Quiera Dios, por intercesión de san Juan Pablo II y de la Virgen de Luján, aumentar nuestra fe y animarnos a ser gozosos anunciadores del evangelio.